Ante la demanda de mascarillas para hacer frente a la COVID-19 y la escasez de material, el Ministerio de Sanidad publicó recientemente tres métodos para el lavado y desinfección de mascarillas higiénicas reutilizables con el fin de eliminar restos de virus en su superficie y minimizar el riesgo de contagio entre los usuarios.
Antes de nada, debemos recordar que este tipo de mascarillas no son considerados un Equipo de Protección Individual (EPI). En este sentido, se trata de un producto textil que, si bien puede actuar como barrera, no está certificado ni homologado como un elemento de protección.
Asimismo, en el caso de las mascarillas que sí son EPIs, nuestra recomendación es no reutilizarlas mientras no haya un estudio contrastado que garantice la desinfección efectiva y asegure al 100% que no se modifican las propiedades filtrantes de la mascarilla tras su uso y posterior desinfección. De hecho, estos EPI vienen marcados por el propio fabricante como equipos desechables. Por tanto, nuestra recomendación hoy es no reutilizar este tipo de EPI, aunque trabajamos intensamente para buscar soluciones que permitan reutilizar las mascarillas.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la recomendación del fabricante con respecto al almacenaje y su tratamiento. Una vez extraída la mascarilla de su envase, el material filtrante continúa haciendo su función de filtración del aire colindante, por lo que, incluso a un ritmo menor que cuando se utiliza para respirar, podría llegar a colmatarse.
Cómo limpiar y desinfectar una mascarilla
Los métodos incluidos en el anuncio del ministerio dirigido por Salvador Illa son los siguientes:
En primer lugar el método sugerido es el de lavar las mascarillas con detergente normal y agua a temperatura entre 60º-90º, en lo que sería el ciclo normal de una lavadora.
La segunda técnica sería mantener sumergidas las mascarillas durante unos 30 minutos en lejía, en una proporción 1:50 (unos 20 ml de lejía por cada litro de agua) con agua tibia. Posteriormente, lavar abundantemente con agua y jabón y aclarar bien para eliminar cualquier resto de lejía y dejar secar.
Por último, la última sugerencia es utilizar cualquiera de los productos virucidas autorizados por el Ministerio de Sanidad para PT2 que han pasado la Norma 14476 de actividad virucida y que se encuentran registrados para uso por el público en general.