Es importante proteger los pies de un trabajador ya que éstos nos mantienen erguidos, nos permiten avanzar y caminar, nos proporcionan equilibrio, dan el apoyo a todo nuestro organismo y son la base de nuestro cuerpo.
El 28,7% de los accidentes laborales que se produjeron en España afectaron a las extremidades inferiores de los trabajadores, incluyendo piernas, tobillos y pies. Asimismo, el 25% de todas las reclamaciones de incapacidad que se producen en el mundo se deben a lesiones en el pie. Esto refleja la importancia del calzado profesional para protegernos frente a los riesgos existentes en el ámbito laboral.
¿Qué riesgos se evitan con el uso de zapatos de seguridad?
1. Lesiones producidas por acciones externas. Aquí nos referimos a las lesiones producidas por:
- Riesgos mecánicos: choques, golpes, atrapamientos, aplastamientos, perforaciones, pinchazos o cortes, etc.
- Riesgos térmicos: frío, calor, salpicaduras de metal fundido, llamas, calor radiante, chispas, etc.
- Riesgos químicos: polvos, líquidos corrosivos o productos tóxicos o irritantes.
- Riesgos biológicos: bacterias, virus, sangre y otros fluidos.
2. Riesgos para las personas por una acción sobre el pie:
- Riesgos derivados de radiaciones, exposición a rayos X, rayos UVA, contaminación por productos radiactivos, etc.
- Riegos eléctricos: contactos eléctricos con conductores de baja tensión, descargas electrostáticas, arco eléctrico, etc.
- Riegos por caída por resbalamiento.
3. Riegos para la salud o molestias vinculadas al uso del calzado:
- Riesgos biológicos: alergias, irritaciones o desarrollo de gérmenes patógenos.
- Riesgos por incomodidad y molestias en el trabajo vinculados al calzado: mala adaptación al pie, penetración de humedad, falta de flexibilidad, transpiración, etc.
- Otros riesgos relacionados con la salud: esguinces, luxaciones, etc.
Proteger los pies de los trabajadores es fundamental y el uso de un buen calzado laboral nos protege contra todos los riesgos derivados de la actividad laboral, no solo contra la caída de objetos.
¿Cómo está compuesto el calzado de seguridad?
El calzado de piel o Clase I está compuesto de distintas partes y todas ellas contribuyen a que un calzado disponga de un número mayor o menor de elementos de seguridad. Pero cuando hablamos de calzado profesional en un uso general debemos destacar y conocer tres partes fundamentales:
- Tope o puntera reforzada: protege los dedos del usuario frente a aplastamientos que se puedan producir por la caída de objetos pesados o atrapamientos del pie. La puntera de seguridad puede ser de acero, aluminio, composite o fibra de vidrio.
- Suela: existen muchos tipos (poliuretano monodensidad, poliuretano termoplástico, EVA, caucho, etc.). Cuando elijamos un calzado es importante que conozcamos los tipos de suela que existen y qué nos aportará cada una de ellas en aspectos como el agarre, la resistencia o la flexibilidad.
- Plantilla resistente a la perforación: este elemento del calzado va colocado en el piso y su finalidad es protegernos frente a la perforación. Puede ser de acero o textil e influye directamente en el calzado a la hora de analizar aspectos como el peso, la transmisión de la temperatura o la flexibilidad de la suela.
Por todo esto, para poder ofrecer a nuestros clientes el producto que mejor se adapte a sus necesidades es fundamental que conozcamos de qué partes está compuesto un calzado de uso profesional, qué modalidades o alternativas tenemos en cada una de estas partes y cuáles son las características y los beneficios que nos pueden aportar cada una de ellas.
Esperamos que nuestro artículo de hoy os haya servido para que conocer un poco mejor los riesgos a los que podemos exponer nuestros pies durante el trabajo y la importancia de llevar un calzado de seguridad adecuado. Asimismo, os animamos a qué no dejéis de visitar shop.iturri.com para comprar los mejores artículos de protección y a que os pongáis en contacto con nosotros en Contacto | ITURRI si necesitáis más información.