Las energías renovables son las que se obtienen de fuentes naturales inagotables y son limpias, seguras y beneficiosas para el medio ambiente y para la economía. En este post, te vamos a explicar qué son, qué tipos existen y por qué son importantes para el futuro de nuestro planeta.
Cómo las energías renovables pueden transformar el mundo
Como hemos dicho, este tipo de energías se obtienen de recursos naturales que no dejan de renovarse, como el sol, el viento, el agua o la biomasa. Se trata de energías limpias, seguras y que benefician al medio ambiente y a la economía. Utilizando energías renovables, se reduce la dependencia de combustibles fósiles, que son contaminantes y limitados, y se contribuye a mitigar el cambio climático. Las energías renovables, por lo tanto, pueden cambiar el mundo ofreciendo soluciones sostenibles para el desarrollo, generando empleo, reduciendo de la pobreza y mejorando la salud.
Beneficios de las energías renovables para el medio ambiente y la economía
Al obtenerse de fuentes naturales inagotables, estas energías poseen múltiples beneficios para el medio ambiente y la economía, tanto a nivel local como global.
En primer lugar, suponen un ahorro frente a las energías convencionales ya que su coste de producción es mucho más bajo y abren la posibilidad de autoconsumo a la ciudadanía contribuyendo a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, los principales responsables del cambio climático. Al no depender de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas natural, este tipo de energías evita la liberación de CO2 y otros contaminantes a la atmósfera. Según la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), el uso de energías renovables podría evitar hasta 6 gigatoneladas de emisiones anuales de dióxido de carbono para el año 2050.
En segundo lugar, las energías renovables favorecen el desarrollo económico y social, sobre todo en las zonas rurales y aisladas. Generando empleo local, diversificando las fuentes de ingresos y reduciendo la dependencia energética del exterior, este tipo de energías impulsan el crecimiento y la competitividad de las regiones. Además, al mejorar el acceso a la electricidad y a otros servicios básicos, las energías renovables mejoran la calidad de vida y el bienestar de las personas.
Podríamos afirmar que las energías renovables son una alternativa sostenible y rentable a los combustibles fósiles, que ofrecen numerosas ventajas para el medio ambiente y la economía. Por ello, es crucial que se promueva su uso e inversión y se fomente la innovación y la cooperación en este ámbito.
Energías renovables: qué son, cómo funcionan y por qué son el futuro
Ya hemos comentado que estas fuentes de energía contribuyen a mitigar el cambio climático y a preservar los recursos del planeta. Pero, además, desde un punto de vista económico, las energías renovables son más baratas y eficientes que las fuentes convencionales, como los combustibles fósiles o la energía nuclear, que dependen de la importación y generan residuos peligrosos.
Las energías renovables funcionan mediante diferentes tecnologías que aprovechan el potencial de cada fuente natural. Por ejemplo, la energía solar se puede captar mediante paneles fotovoltaicos que transforman la luz en electricidad, o mediante colectores térmicos que calientan un fluido con el calor del sol. La energía eólica se produce mediante aerogeneradores que convierten la fuerza del viento en electricidad y la energía hidráulica se basa en el aprovechamiento de la caída del agua desde una altura determinada, que mueve una turbina conectada a un generador eléctrico. La biomasa se refiere al uso de materia orgánica de origen vegetal o animal, como leña y residuos agrícolas, para generar calor o electricidad mediante procesos de combustión o fermentación.
Las energías renovables son el futuro, pues representan una alternativa segura, limpia y sostenible a las fuentes de energía tradicionales, que cada vez son más escasas y costosas. La Agencia Internacional de Energía Renovable afirma que las energías renovables podrían cubrir el 86% de la demanda mundial de electricidad y el 60% de la demanda total de energía para el año 2050, lo que supondría una reducción del 70% de las emisiones globales de CO2.
No obstante, ya ha habido momentos puntuales en que se ha llegado a utilizar un 100% de energías renovables a escala de país, lo que favorece que no se dependa energéticamente de terceros países.
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