Calzado de seguridad para verano: Protección y confort en altas temperaturas

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Trabajar en entornos en los que las altas temperaturas sean protagonistas supone un reto adicional para la comodidad y seguridad de los trabajadores. 

En sectores como la construcción, la industria o la agricultura, el calor puede convertirse en un enemigo silencioso e invisible que genera fatiga, incomodidad y, en los peores casos, problemas graves de salud como pueden ser los derivados de un golpe de calor.

Uno de los elementos más importantes para garantizar la seguridad laboral en estas condiciones es el calzado de seguridad para verano. 

Es la única manera de garantizar transpirabilidad, ligereza y confort para minimizar el impacto del calor en los pies.

¿Por qué es importante elegir un buen calzado de seguridad en verano?

En épocas de calor, el cuerpo humano necesita regular su temperatura. Y los pies, al estar encerrados dentro del calzado de seguridad durante muchas horas, pueden sufrir un sobrecalentamiento que afecte al bienestar general del trabajador.

Ten en cuenta que los riesgos de utilizar un calzado inadecuado son muy altos. Y en entornos de altas temperaturas, un calzado inadecuado puede provocar:

  • Exceso de sudoración, lo que aumenta el riesgo de ampollas, rozaduras y mal olor.
  • Fatiga y sobrecalentamiento, que afecta al rendimiento y a la concentración.
  • Deshidratación y golpes de calor, especialmente en trabajos al aire libre.
  • Mayor riesgo de infecciones por hongos o bacterias, debido a la acumulación de humedad en el interior del calzado.

Además de todo lo anterior, no hay que olvidar que un calzado de seguridad inadecuado también compromete la protección del trabajador. 

Las altas temperaturas pueden afectar a los materiales del calzado y reducir así su resistencia o confort. Y eso, disminuye la capacidad de reacción del trabajador ante posibles riesgos.

Como ves, no es ningún lujo. El calzado de seguridad de verano es esencial para evitar problemas de salud y a mantener un buen rendimiento durante la jornada laboral.

Características clave del calzado de seguridad para altas temperaturas

Al igual que hay diferentes tipos de calzado de seguridad según el sector, no todo el calzado de seguridad es apto para el verano. Los modelos diseñados para hacer frente a las altas temperaturas deben reunir una serie de características que ayuden a disipar el calor y mejorar la comodidad del trabajador sin comprometer la protección.

Vamos a profundizar en ellas:

1. Materiales transpirables

Uno de los factores más importantes en el calzado de seguridad para verano es su capacidad para permitir la circulación del aire. Los materiales sintéticos o de baja calidad pueden atrapar el calor, generando una sensación de sofoco en los pies.

  • Tejidos microperforados o con paneles de ventilación para mejorar la transpirabilidad.
  • Materiales ligeros como el mesh técnico, que permiten que el aire fluya sin comprometer la protección.
  • Forros interiores que absorban la humedad y mantegan el pie seco y fresco.

2. Suela antideslizante y resistente al calor

Las altas temperaturas pueden hacer que las superficies sean más resbaladizas o que el pavimento se caliente en exceso, lo que aumenta el riesgo de accidentes.

  • Suelas con certificación antideslizante (SRC), que garantizan un buen agarre en superficies secas y mojadas.
  • Materiales resistentes al calor, como suelas de PU o caucho que soportan temperaturas elevadas sin deformarse.

3. Diseño ligero y ergonómico

El peso del calzado influye directamente en la fatiga del trabajador. Un calzado demasiado pesado aumenta el esfuerzo físico y reduce la movilidad.

  • Punteras de composite en lugar de acero. Son más ligeras, pero con la misma protección.
  • Diseño ergonómico que se adapte al pie sin generar puntos de presión.

Recuerda siempre que el confort no debe estar reñido con la seguridad. El calzado de seguridad para verano ha de combinar ambas características para ofrecer la mejor experiencia al trabajador.

Tipos de calzado de seguridad recomendados para el verano

Existen diferentes modelos de calzado de seguridad para el verano, cada uno diseñado para entornos específicos:

1. Zapatos de seguridad transpirables

  • Ideales para trabajos en interiores o en climas cálidos.
  • Tejidos ligeros y transpirables que mantienen el pie fresco.

Recomendados para: logística, almacenes o mantenimiento.

2. Sandalias de seguridad con puntera reforzada

  • Permiten mayor ventilación que un zapato cerrado.
  • Protección en puntera sin comprometer el flujo de aire.

Recomendadas para: trabajos en exterior con bajas exigencias de protección en el empeine.

3. Zapatillas de seguridad 

  • Combinan protección y ligereza, perfectas para jornadas largas.
  • Materiales transpirables y suelas flexibles.

Recomendadas para: trabajadores en movimiento continuo, logística y distribución.

4. Botas de seguridad para el verano

  • Protegen contra impactos y riesgos químicos o térmicos sin aumentar la sensación de calor.
  • Diseñadas con materiales transpirables y suelas de goma resistentes al calor extremo.
  • Modelos con membranas especiales que evitan la acumulación de humedad y mejoran el confort.

Recomendadas para: trabajos en la construcción, minería o industrias pesadas donde se requiere una protección extra en el pie sin renunciar a la comodidad térmica.

Cada tipo de calzado de seguridad tiene aplicaciones específicas, pero todos deben ofrecer transpirabilidad y confort en entornos de altas temperaturas sin comprometer la protección.

Consejos para cuidar tu calzado de seguridad en verano

Un buen mantenimiento del calzado de seguridad para verano prolonga su vida útil y garantiza que mantenga todas sus propiedades de protección y confort

Durante los meses más calurosos, el calzado de trabajo está expuesto a altas temperaturas, humedad, sudor y desgaste acelerado, lo que puede afectar tanto a la comodidad del trabajador como a la seguridad en el entorno laboral.

Un calzado mal conservado pierde adherencia en la suela y sus materiales internos se deterioran, lo que se traduce en molestias que afectan al rendimiento del trabajador. 

Además, en condiciones de calor extremo, una mala ventilación o un secado incorrecto pueden provocar hongos, bacterias e irritaciones en la piel

Para evitar estos problemas, es fundamental aplicar una serie de cuidados específicos:

1. Limpieza regular para evitar acumulación de sudor y suciedad

El calor y la transpiración generan condiciones ideales para la proliferación de bacterias y hongos, que pueden provocar malos olores, irritaciones y deterioro del material interior del calzado.

Cómo limpiar correctamente tu calzado de seguridad en verano:

  • Limpieza diaria: Pasar un paño húmedo o un cepillo suave para retirar el polvo y la suciedad superficial.
  • Lavado ocasional: Si el fabricante lo permite, lavar con agua y jabón neutro para eliminar residuos acumulados.
  • Desinfectar el interior: Utilizar productos antibacterianos en spray o toallitas desinfectantes para prevenir hongos.
  • Secado natural: Dejar en un lugar ventilado sin exponer directamente al sol.

Importante, nunca uses productos agresivos como lejía o amoníaco, ya que pueden debilitar los materiales y reducir la resistencia del calzado.

2. Secado adecuado: Evita la humedad y el deterioro de los materiales

Uno de los mayores problemas en verano es la acumulación de humedad dentro del calzado. Un secado inadecuado puede afectar la estructura del zapato, debilitando los materiales y generando malos olores.

Cómo secar correctamente tu calzado:

  • Retira las plantillas después de cada jornada para que se ventilen.
  • Coloca papel absorbente dentro del calzado para eliminar la humedad acumulada.
  • Evita exponer las botas o zapatos directamente al sol o a fuentes de calor como secadores o radiadores.
  • Si el sudor es excesivo, alterna entre dos pares de calzado para dar tiempo a que se aireen correctamente.

Si trabajas en un entorno muy caluroso, te recomendamos que optes por plantillas de gel o carbono activado, puesto que absorben mejor la humedad y mantienen los pies frescos.

3. Revisión periódica del estado del calzado

El calor extremo y el uso continuado pueden acelerar el desgaste del calzado de seguridad. Una suela demasiado gastada o una puntera dañada pueden comprometer la protección del trabajador.

Qué revisar regularmente en el calzado de seguridad:

  • Estado de la suela: Si ha perdido adherencia o presenta grietas, es momento de cambiarla.
  • Material exterior: Grietas o endurecimiento pueden indicar que el calzado ha perdido su capacidad de protección.
  • Costuras y refuerzos: Unas costuras debilitadas pueden afectar la durabilidad del calzado.
  • Puntera de seguridad: Si está abollada o dañada, la protección ante impactos se ve reducida.

Un calzado de seguridad desgastado pierde protección y aumenta el riesgo de lesiones.

4. Almacenamiento adecuado para evitar deformaciones

Cuando no se está utilizando, el calzado de seguridad debe guardarse en un lugar adecuado para mantener su estructura y propiedades intactas.

Cómo almacenar correctamente tu calzado en verano:

  • Ubicarlo en un sitio seco y bien ventilado, lejos de la humedad y del calor excesivo.
  • Evitar apilar o aplastar los zapatos, ya que pueden deformarse.
  • Usar hormas o rellenar el interior con papel para que mantengan su forma original.
  • No guardarlos en bolsas plásticas cerradas, ya que favorecen la proliferación de hongos.

Si vas a almacenar un par de calzado durante varios meses, aplica un acondicionador para materiales sintéticos o cuero para evitar que se resequen o endurezcan con el tiempo.

5. Sustitución del calzado: ¿Cuándo es momento de cambiarlo?

Por mucho que cuidemos nuestro calzado de seguridad, todos los modelos tienen una vida útil limitada. En verano, el desgaste es más acelerado, por lo que es fundamental detectar cuándo ha llegado el momento de renovar el calzado.

Señales de que debes cambiar tu calzado de seguridad:

  • La suela ha perdido agarre y te resbalas con facilidad.
  • El material se ha endurecido o presenta grietas.
  • La puntera de seguridad está dañada o deformada.
  • Los refuerzos y costuras han cedido, comprometiendo la sujeción.
  • Sientes molestias, rozaduras o falta de amortiguación al caminar.

Y recuerda, aunque un calzado parezca en buen estado, si ha superado los dos o tres años de uso intenso, es recomendable reemplazarlo para asegurar la máxima seguridad y comodidad.

El calor no debería ser un obstáculo para la seguridad laboral. Así que, contar con un calzado de seguridad para verano adecuado es imprescindible para proteger a los trabajadores de lesiones, golpes de calor y fatiga extrema.

En ITURRI, con más de 75 años protegiendo a los profesionales, tenemos las mejores opciones de calzado de seguridad de verano para garantizar seguridad y confort durante los meses más calurosos.

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