Guía de seguridad y protección frente a la retirada de amianto

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En España, en el año 2002, quedó prohibida la utilización, producción y comercialización de las fibras de amianto y los productos que las contengan. En la actualidad, la exposición al amianto y los problemas derivados de dicha exposición no han cesado dado que hay materiales que contienen estas fibras, previos a la entrada en vigor de la Orden Ministerial, de 7 de diciembre de 2001, por la que se modifica el anexo I del Real Decreto 1406/1989, de 10 de noviembre, sobre limitaciones a la comercialización y al uso de ciertas sustancias y preparados peligrosos.

Los materiales con amianto, aun siendo peligrosos, no suponen un riesgo hasta que no se manipulan o se rompen, que es cuando las fibras de amianto quedan liberadas al ambiente. La exposición se produce por la inhalación de dichas fibras que son tan pequeñas que no se perciben, no se huelen y tampoco se perciben al tacto.

Por ello, la seguridad y la protección en los trabajos de retirada de amianto son fundamentales ya que suponen un riesgo grave que puede desencadenar problemas serios de salud para las personas que se encuentran realizando estos trabajos de manipulación ya que es muy fácil que se liberen las fibras de amianto al ambiente y sean inhaladas.

En la presente guía, profundizamos en los riesgos asociados a este material y nos centramos en las principales medidas a seguir para garantizar la seguridad en las labores de retirada de amianto.

¿Qué es el amianto? 

El amianto es el nombre que se utiliza para llamar a una serie de minerales naturales compuestos principalmente por silicatos de magnesio y otros elementos como hierro, calcio, aluminio y sodio. Estos minerales se caracterizan por su resistencia mecánica, al calor, al fuego y por su capacidad de aislamiento eléctrico y resistencia a la corrosión. Por ello se extendió su uso durante el siglo XX, no sólo en el sector industrial, sino también en la construcción y productos de gran consumo.

Sin embargo, pese a estas propiedades tan útiles, conforme fue pasando el tiempo, se descubrió que la exposición al amianto tenía graves consecuencias para la salud humana y para el medio ambiente. 

Debido a estos graves riesgos para la salud, se tomaron medidas prohibir o restringir severamente el uso del amianto en la mayoría de sus aplicaciones. Además, se implementaron estrictas medidas de seguridad para gestionar y retirar el amianto en edificios y otras estructuras ya existentes de manera segura.

El proceso de prohibición del amianto en España comenzó en la década de 1980, cuando se tomaron medidas para restringir su uso en ciertas aplicaciones y establecer regulaciones más estrictas para su manipulación y eliminación. Sin embargo, la prohibición total de la producción, comercialización y uso de productos que contienen amianto no se logró hasta el año 2002, cuando se aprobó el Real Decreto 1406/1989.

Este decreto estableció un marco legal para regular la gestión segura del amianto y la protección de los trabajadores expuestos. Además, prohibió la producción, transformación y comercialización de productos de amianto, así como la utilización de nuevos materiales en los que éste estuviera incluido.

Hoy en día, su uso está ampliamente regulado y restringido y se promueve la retirada de amianto y la sustitución de materiales que lo contienen por alternativas más seguras, tanto en la construcción como en la industria en general. 

Usos frecuentes del amianto en España

En España el material con amianto más utilizado fue el amianto cemento para una gran variedad de aplicaciones industriales y de construcción a lo largo del siglo pasado, debido a sus propiedades únicas. Algunos de sus principales usos fueron los siguientes:

Construcción de edificios: El amianto se utilizó en la construcción de techos, tuberías de fibrocemento, canalones, placas de revestimiento y materiales de aislamiento térmico y acústico. Sus propiedades de resistencia al fuego y aislamiento lo hicieron muy atractivo para el sector de la construcción.

Industria naval: En la industria naval, el amianto se empleaba en la fabricación de materiales aislantes y revestimientos resistentes al calor en buques y barcos.

Industria automotriz: Se utilizó amianto en piezas y componentes automotrices, como frenos, embragues y juntas, debido a su resistencia al calor y a la fricción.

Industria química y petroquímica: Conocida su resistencia a la corrosión, el amianto se empleó en la fabricación de recipientes, tuberías y equipos utilizados en la manipulación de productos químicos y petroquímicos.

Productos textiles: El amianto se incorporó en productos textiles, como guantes y delantales, para proteger a los trabajadores de posibles riesgos de incendios y altas temperaturas.

Riesgos y daños que puede provocar el amianto en la salud

Se ha comprobado de manera concluyente que la exposición al amianto puede tener consecuencias devastadoras para el cuerpo humano. 

La mayoría de las enfermedades relacionadas con la exposición al amianto son de suma gravedad, como las que mencionamos a continuación: 

ASBESTOSIS: La inhalación a largo plazo de fibras de amianto puede causar una enfermedad pulmonar progresiva llamada asbestosis. Esta enfermedad se caracteriza por la formación de cicatrices en los pulmones, lo que deriva en una disminución de la capacidad pulmonar, dificultad para respirar, tos persistente y fatiga.

MESOTELIOMA: El amianto es la causa principal del mesotelioma, un cáncer poco común, pero altamente agresivo, que afecta las membranas que rodean los órganos internos, como los pulmones, el corazón y el abdomen. El mesotelioma no tiene un buen pronóstico y a menudo se diagnostica en etapas avanzadas, lo que dificulta su tratamiento.

CÁNCER DE PULMÓN: La exposición al amianto también aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, especialmente en personas que han estado expuestas durante períodos prolongados. 

CÁNCER DE LARINGE Y OVARIOS: Además del cáncer de pulmón y el mesotelioma, la exposición al amianto se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de laringe y cáncer de ovarios.

ENFERMEDADES PLEURALES: El amianto puede causar enfermedades de la pleura, como derrame pleural (acumulación de líquido en la cavidad pleural) y placas pleurales (cicatrices en la pleura).

ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES: La ingestión de fibras de amianto puede llevar a la formación de tumores en el sistema gastrointestinal, como en el esófago o en el estómago.

Es importante destacar que la mayoría de las enfermedades relacionadas con el amianto tienen un período de latencia prolongado, lo que significa que los síntomas pueden no aparecer hasta décadas después de la exposición inicial. Por este motivo, la prevención y la retirada segura de amianto son de vital importancia.

8 medidas de seguridad para retirar el amianto y proteger a tus empleados

La retirada de amianto es una tarea delicada que debe llevarse a cabo con extrema precaución para proteger la seguridad de los empleados y evitar, a su vez, la liberación de fibras de amianto al ambiente, por lo que siempre es necesario adoptar medidas preventivas. Todos los trabajos que se realicen con amianto deberán llevarse a cabo por empresas especializadas inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto. Antes del comienzo de los trabajos, las empresas deberán:

  • Realizar una Evaluación de Riesgos antes de iniciar cualquier retirada de amianto dónde se recogerán las medidas preventivas y los procedimientos de trabajo que se utilizarán.
  • Formación e información a todos los trabajadores.
  • Facilitar los EPIs necesarios.
  • Proporcionar instalaciones específicas de descontaminación de personas y equipos.

Algunas de las medidas preventivas para limitar la generación y dispersión de las fibras de amianto en el ambiente son las siguientes:

  • Manipulación y retirada de los materiales con amianto enteros y sin deterioros.
  • Humedecer previamente los materiales que contienen amianto para reducir la emisión de sus fibras al ambiente.
  • Aislamiento de la zona de trabajo.
  • Limpieza continua.
  • Acotamiento y señalización de la zona de trabajo con señales de prohibido el paso, uso obligatorio de EPIs, prohibido fumar, comer y beber, etc.
  • Preparar de la zona de trabajo para facilitar las tareas de limpieza y descontaminación.
  • Uso de herramientas que generen la mínima cantidad de polvo y funcionamiento a baja velocidad.
  • Sistemas de extracción localizada de la zona de trabajo para capturar las fibras de amianto y controlar su dispersión en el ambiente.
  • Limpieza y recogida de residuos durante los trabajos con material plástico resistente para evitar que se dispersen las fibras, etiquetar los residuos para identificar que contienen amianto y dejarlos en una zona delimitada.
  • Limpieza del local, herramientas y equipos de trabajo.
  • Verificación de limpieza y descontaminación final.
  • Gestión y eliminación de residuos con una empresa gestora de retirada de residuos peligrosos y residuos generados.

EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL

Equipos de protección respiratoria: Su función es proteger al trabajador de la inhalación de las fibras de amianto que son partículas sólidas en suspensión.

Piezas o adaptadores faciales que se pueden dividir en función si son herméticos o no:

  • Herméticos
    • Máscaras y medias mascaras.
  • No herméticos
    • Cascos y capuces.

Equipos filtrantes dependientes del medio ambiente: Retienen los contaminantes del aire mediante el uso de un material filtrante.

Equipos filtrantes independientes del medio ambiente que suministran el gas respirable de una fuente independiente.

Según la guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con la exposición al amianto, determina en la tabla 1 de esta misma guía, los equipos de protección respiratoria más apropiados en función del intervalo de concentración ambiental esperado de fibras de amianto.

Ropa de protección: Ejerce la función de barrera evitando que las partículas de amianto se adhieran a la ropa, piel o pelo de los trabajadores para evitar la exposición de éstos y otras personas en general.

La ropa de protección recomendada para los trabajos de amianto es de Tipo 5 con capucha y certificado con la norma UNE-EN ISO 13982-1:2005/ A1:2011 Ropa de protección para uso contra partículas sólidas. Parte 1: Requisitos de prestaciones para la ropa de protección química que ofrece protección al cuerpo completo contra partículas sólidas suspendidas en el aire.

Dentro de la ropa de protección Tipo 5 existe una gran variedad de modelos, y es importante tener en cuenta:

  • Qué cuente con una determinada resistencia mecánica a la abrasión, rasgado y a la perforación
  • Confortable para el trabajador
  • Capucha integrada
  • Los puños y la parte inferior de las piernas deben ser ajustados
  • El material debe ser liso y antiestático para que las fibras no sean atraídas
  • Es recomendable el uso de ropa interior de algodón para un mayor confort y deberá almacenarse con el resto de EPIs para que se pueda descontaminar o desechar.
  • Los trajes pueden ser desechables o reutilizables, y en el caso de estos últimos deberán descontaminarse.

Guantes de protección: Se deben utilizar siempre para evitar que las fibras de amianto se queden en las uñas o entre los pliegues y zona interdigital de las manos. Hay que tener en cuenta los trabajos que se van a realizar para elegir correctamente las prestaciones de los guantes, normalmente, los guantes de poliméricos son los utilizados por su impermeabilidad, buena resistencia a la abrasión, cortes y pinchazos.

Protección ocular: la protección ocular o facial es necesaria siempre para evitar el contacto con las partículas y las posibles proyecciones de los materiales que se puedan estar manipulando.

Si se utiliza una máscara facial completa la protección ocular y facial estaría cubierta. En caso de utilizar mascarillas o medias máscaras hay que tener en cuenta la compatibilidad de las gafas o protector facial, en caso de proyecciones, con estos equipos.

Botas de protección: Son recomendadas las botas de clasificación II, calzado todo de caucho, porque es un calzado liso, impermeable y fácil de limpiar.

Recordamos en este punto que las regulaciones y las mejores prácticas pueden variar según la ubicación geográfica y las autoridades locales. Por lo tanto, es esencial consultar las regulaciones específicas del área concreta dónde que se realizarán los trabajos de retirada de amianto y asegurarse de cumplir con todas las normativas de seguridad aplicables.

En Iturri ponemos a tu disposición una gran variedad de productos de protección individual y de seguridad para garantizar la salud y el bienestar en éstos y otros trabajos asociados a peligros potenciales. 

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