La electricidad es imprescindible en prácticamente cualquier sector, pero también representa uno de los riesgos más graves y frecuentes en el entorno laboral. Así que, la protección eléctrica no es negociable.
Las protecciones eléctricas personales, en forma de EPI (Equipos de Protección Individual), actúan como la última barrera entre el trabajador y un posible accidente.
Pero para que esa barrera sea realmente eficaz, debe elegirse bien, usarse correctamente y mantenerse en buen estado.
En este artículo repasamos los tipos de protección más importantes, cómo seleccionarlos y qué normativas los regulan, para ayudarte a proteger a tu equipo y garantizar una seguridad laboral real en todo tipo de entornos eléctricos.
¿Por qué es vital contar con protecciones eléctricas personales en el trabajo?
El riesgo eléctrico está presente incluso cuando no se ve. Un cable pelado, una derivación no detectada o un fallo de aislamiento pueden poner en peligro la vida del operario.
Y lo peor: muchas veces, este tipo de accidentes son silenciosos, repentinos y con consecuencias muy graves.
Riesgos eléctricos más comunes:
- Contacto directo con partes activas (cables, bornes, instalaciones en tensión).
- Descargas eléctricas por corriente residual o mal aislamiento.
- Arcos eléctricos que generan calor extremo, explosiones o quemaduras.
- Caídas o golpes derivados de un shock eléctrico repentino.
No utilizar los EPI adecuados puede derivar en quemaduras graves, fibrilación cardíaca, lesiones internas o incluso muerte.
Además del impacto humano, también implica paradas en la producción, investigaciones, sanciones y daños reputacionales.
Y, como te decíamos, la electricidad está presente en prácticamente todos los sectores, pero también es cierto que hay algunos más expuestos al riesgo eléctrico:
- Instalaciones eléctricas y mantenimiento industrial.
- Energía e infraestructuras.
- Construcción y obra civil.
- Trabajos en altura o entornos húmedos.
Sea cual sea tu sector, los EPI de protección eléctrica no son una opción. Son un elemento imprescindible para preservar la salud, la vida y la continuidad de la actividad profesional en entornos de riesgo.
Principales tipos de protecciones eléctricas personales
Existen distintos tipos de protecciones eléctricas personales, y su uso dependerá siempre del tipo de tarea, del entorno y del nivel de tensión con el que se trabaja.
Estos son los más comunes y relevantes:
- Fabricados en látex o elastómero, y clasificados por clases según el voltaje soportado (de 00 a 4).
- Algunos incorporan guantes protectores exteriores para resistencia mecánica.
- Los guantes dieléctricos son imprescindibles en cualquier manipulación directa de sistemas eléctricos.
- Botas dieléctricas
- Aíslan al trabajador del suelo, evitando el cierre del circuito eléctrico a través del cuerpo.
- Las botas de seguridad para trabajos eléctricos están fabricadas con materiales no conductores y suelas antideslizantes.
- Indispensables en zonas húmedas o expuestas a derivaciones.
- Ropa de protección eléctrica
- Prendas ignífugas y antiestáticas que protegen frente al arco eléctrico.
- Certificadas bajo normativas como la EN 61482.
- Existen en forma de pantalones, chaquetas, buzos o camisetas técnicas.
- Cascos de protección eléctrica
- Fabricados en materiales aislantes y con resistencia a tensiones eléctricas.
- Compatibles con pantallas faciales y protección auditiva.
- Imprescindibles en trabajos en altura o mantenimiento de redes.
Cada componente del EPI eléctrico cumple una función concreta y esencial. De esta forma, usarlos en conjunto garantiza una protección eléctrica completa y eficaz en cualquier situación.
Cómo elegir el EPI eléctrico adecuado según el entorno de trabajo
No todos los trabajos eléctricos implican el mismo riesgo, y no todos los equipos protegen igual.
Por eso, elegir el EPI de protección eléctrica correcto marca la diferencia entre una intervención segura y un accidente.
Entonces, ¿qué factores clave debes considerar a la hora de elegir estos EPI?
- Nivel de tensión de la instalación (baja, media o alta).
- Tipo de tarea (intervención directa, trabajos en proximidad, trabajos en tensión).
- Entorno físico: humedad, riesgo de caídas, espacios confinados.
- Condiciones climáticas o duración de la jornada.
E, independientemente del sector o de las tareas, hay ciertos errores que debes evitar siempre:
- Usar guantes caducados o sin probar.
- Elegir ropa sin certificación específica para arco eléctrico.
- Utilizar cascos o botas que no sean dieléctricos.
- Mezclar prendas incompatibles entre sí.
Además, hay un par de consideraciones que no puedes pasar por alto:
- El tallaje correcto es clave para que la protección sea efectiva.
- Todos los EPI deben estar certificados bajo normativas europeas y contar con el marcado CE visible.
Recuerda, elegir un EPI eléctrico no debe hacerse a la ligera. La protección depende de que cada equipo sea el adecuado para la tarea, el entorno y el trabajador.
Normativas y certificaciones para EPI de protección eléctrica
El uso de protecciones eléctricas está regulado por diversas normas europeas e internacionales que establecen criterios técnicos, ensayos y niveles de protección:
A continuación, listamos las más relevantes:
- EN 60903: guantes aislantes para trabajos eléctricos.
- EN 50321: calzado aislante para trabajos en tensión.
- EN 61482: ropa de protección contra arco eléctrico.
- EN 397 / EN 50365: cascos para uso en instalaciones eléctricas.
Además, cada producto debe:
- Llevar el marcado CE.
- Incluir fecha de fabricación y caducidad.
- Estar acompañado por instrucciones de uso, mantenimiento y almacenamiento.
No olvides que conocer y exigir el cumplimiento de las normativas es una garantía para la empresa y una salvaguarda para el trabajador.
Mantenimiento y revisión de las protecciones eléctricas personales
No basta con tener buenos EPI: si no se revisan y mantienen correctamente, pueden perder su eficacia.
Un EPI deteriorado crea sensación de falsa seguridad.
Un guante con una microfisura o una bota con humedad interna pueden fallar sin previo aviso. Y ese fallo puede tener consecuencias irreversibles.
Así que, por aquí te dejamos algunas recomendaciones de mantenimiento:
- Limpieza con productos neutros, nunca abrasivos.
- Almacenamiento en lugares secos, sin exposición al sol o fuentes de calor.
- Evitar doblar, apilar o dejar colgando los guantes o prendas.
¡Y no olvides las revisiones periódicas!
- Guantes dieléctricos: revisión visual y ensayo eléctrico según el uso.
- Calzado y ropa: revisión diaria y sustitución en caso de desgaste.
- Cascos: reemplazo según fecha o tras impacto, aunque no sea visible.
Un buen plan de mantenimiento garantiza que los EPI mantengan su nivel de protección y evita esa falsa sensación de seguridad de la que te hablábamos.
Las protecciones eléctricas personales son un pilar esencial de la seguridad en trabajos con riesgo eléctrico.
Elegir bien cada EPI, usarlo correctamente y mantenerlo en condiciones óptimas protege al trabajador y demuestra compromiso con la prevención y la responsabilidad empresarial.
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